Novak Djokovic, tras una emocionante victoria en la final de Shanghai, se dirige a la multitud con un discurso que combina gratitud, humildad y reflexión.
“Queridos aficionados, amigos y familiares, este momento significa el mundo para mí. Shanghai ha sido un lugar especial en mi carrera, y cada vez que vengo aquí, siento una conexión profunda con esta ciudad y con ustedes.
Primero, quiero agradecer a mi equipo, que ha estado a mi lado en cada paso de este viaje. Su dedicación y apoyo incondicional han sido fundamentales para mis logros. A mi familia, gracias por su amor y sacrificio; ustedes son mi roca y mi inspiración.
Hoy me enfrenté a un rival formidable. Cada punto fue una batalla, y estoy seguro de que todos ustedes sintieron la tensión en el aire. [Menciona al oponente], tienes un gran futuro por delante y ha sido un honor competir contigo. La rivalidad en este deporte siempre eleva nuestro nivel, y estoy agradecido por los desafíos que me has presentado.
Quiero dedicar este trofeo a todos los jóvenes tenistas que sueñan con alcanzar este nivel. Nunca dejen de luchar por sus sueños, por difíciles que parezcan. El camino no siempre es fácil, pero con pasión y perseverancia, todo es posible.
Finalmente, a los organizadores y a los aficionados que han llenado las gradas, gracias por crear un ambiente tan increíble. Su energía me impulsa a seguir mejorando y a dar lo mejor de mí en cada partido.
Este triunfo es solo un capítulo más en mi historia. Prometo seguir esforzándome y buscando nuevas metas. Gracias, Shanghai. Nos vemos pronto.”
Con estas palabras, Djokovic se despide entre aplausos, dejando un legado de inspiración y determinación en el aire.