Mientras se preparaba para la celebración, Novak recordó los momentos inolvidables que ha compartido con Stefan, desde sus primeros pasos hasta las risas durante los entrenamientos en la cancha. Sin embargo, su voz se tornó melancólica al hablar de la ausencia de su padre, quien falleció hace algunos años. “Cada cumpleaños de Stefan es un recordatorio de lo que he perdido”, confesó, con lágrimas en los ojos.
El tenista explicó cómo esta fecha especial lo hace reflexionar sobre el legado familiar y el amor que siempre estará presente en la vida de su hijo. “Quiero que Stefan crezca sabiendo que, aunque su abuelo no esté físicamente con nosotros, su amor nos rodea cada día”, dijo, tocando el corazón de todos los presentes.
El público, conmovido por su sinceridad, se unió en un aplauso colectivo, sintiendo la conexión entre la figura pública y su faceta más humana. Djokovic concluyó su discurso con un mensaje de esperanza: “Siempre encontraré la fuerza para sonreír por Stefan, por los momentos que aún están por venir”. Esta celebración, marcada por el dolor y la alegría, resonó profundamente en los corazones de sus seguidores, recordando que la vida está llena de contrastes, pero siempre hay lugar para el amor.
